miércoles, 1 de febrero de 2012

Secuestran a Juan Khan Chan. Sección 22 y Gadamer Kalamín alistan megamarcha


Agencias

La extraña desaparición del laureado escritor Juan Khan Chan, a unos días de que pronunciara imprecaciones contra miembros del movimiento literario denominado poscorrientismo, ha causado furor entre sus seguidores. El literato, quien días antes se ubicaba en su lujosa residencia en Zimatlán de Álvarez, ofrecería una declaración pública en programada para el cuatro de febrero, donde presuntamente daría pruebas de la mediocridad del movimiento oaxaqueño y de sus afanes netamente neocaciquiles que, en palabras del escritor "son una verdadera desgracia para las letras mexicanas. No son más que la imitación fiel de añejos movimientos que no hacen más que estorbar el verdadero desarrollo cultural. Me basta con demostrar que el uso del lenguaje en estos jóvenes pseudoescritores raya en la total incompetencia".

El maestro de las letras nacionales fue visto por última vez en conocida tienda transnacional de autoservicio donde, según testigos que prefieren el anonimato por miedo a represalias, fue abordado por una camioneta de color pardo oscuro sin placas, de la que bajaron dos hombres enfundados en elegantes chamarras de cuero negro, mismos que al estilo del secuestro exprés, subieron al intelectual mexicano partiendo con rumbo desconocido.

Por su parte, el reconocido novelista Gadamer Kalamín, lamentó ayer por la tarde el suceso y planea una marcha motorizada hacia la capital del país el dos de febrero con maestros de la sección 22, mismos que cerrarán calles para exigir se averigüe el paradero del autor de Paulo Cohello debe morir, y aprovecharán para exigir se cumplan sus demandas tradicionales. "Dos pájaros de un tiro", declaró Kalamín preocupado por las reacciones que la marcha pudiera provocar entre los llamados poscorrientistas quienes, desde su juico, han perdido los escrúpulos. "Dos y tres de febrero México se desquiciará. Se hará justicia para Khan Chan de quien los maestros han leído la mayor parte de sus obras",  sentenció el también autor de La máquina de coser, y detalló con precisión literaria las condiciones en que halló la lujosa casa del desparecido:

La habitación, que alguna vez fuera su estudio, se sostenía de unos muros blancos inmaculados. La mesa de caoba estaba repleta de libros de filosofía, medicina, temas antropológicos y curiosidades literarias. Parecían haber sido amontonados con indiferencia a la luz de un pequeño tragaluz en el techo que permitía, durante el día, apreciar un haz de luz de probablemente un metro de diámetro. Por lo que respecta al librero, se había convertido en una estantería con muestras de orina en diminutos frascos, había cientos de ellos, cada uno fechado mediante etiquetas. No podía saberse si el título de cada uno de los anaqueles, divididos por áreas de conocimiento,  tenía alguna relación con esas muestras, o sí se trataba de una disposición fortuita, o si pertenecían a los libros colocados en su versión original. Afuera, un jardín descuidado envolvía el terreno en maleza, pero alcanzaban a notarse fracciones con la tierra removida, era evidente que alguien había cavado al menos una decena de fosas en torno a la casa. Por lo demás, no había ninguna otra cosa fuera de lo habitual; el juego de sala impecable, la cocina ligeramente sucia y ¿el baño?, cierto, el baño estaba destrozado, el espejo se había desmoronado en un lavabo que apenas y lograba sostenerse de la pared, el retrate parecía demolido  a golpes, probablemente con un mazo, y la puerta ostentaba visibles marcas de uñas aferradas a desgarrar la madera. Ningún rastro de sangre, ningún rastro de él, creí que se trataba de otra de sus manías, otra de sus tendencias a teatralizar su hogar como si fuera escenario de acontecimientos brutales, pero esta vez era  diferente.

Kalamín ya prepara además, manifestaciones nacionales como las hiciera su colega Javier Sicilia. La prensa ultraizquierdista ha señalado que se trata de una estrategia para promover su último libro Fadanelli, la puta que comercializó el malditismo, que ha recibido numerosas críticas de los expertos. "Es un asunto humano que nada tiene que ver con el marketing. Se trata de Khan Chan, el más importante escritor de los últimos tiempos", señaló. 

A estas alturas del problema, los principales sospechosos se hayan entre algunos de los "posc", como vulgarmente se les refiere: Saúl Díaz Parra, Jesús Rito García, Óscar Tanat y Alfonso Carballo, quienes fueron imprecados en días anteriores por la fina pluma del escritor. Los intelectuales temen que las amenazas que Carballo expresó en los últimos días se estén cumpliendo. Por lo pronto la PGR ya inició las averiguaciones correspondientes. 

6 comentarios:

  1. ¡Yo creo que ni existe ese tal Juan Khan Chan!Si existiera habria algo de él en internet o sobre todo como lo dicen que varias veces fue postulado para PREMIO NOVEL. Esto es parte de su show "Post-corrientistas",crear un personaje que disque los odia ja ja ja ja ....

    ResponderEliminar
  2. premio Nobel va con B...simio...

    ResponderEliminar
  3. Bueno al menos me dijiste simio y no post-corrientista.

    ResponderEliminar
  4. Creo que va con B, al menos al que estuvo nominado Juan Khan Chan, así se escribía

    ResponderEliminar
  5. bola de ardidos!! ya quisieran ser poscorrientistas!!!!

    ResponderEliminar
  6. La verborrea utilizada es inestable. Me recuerda a Rimbaud en sus inicios.

    ResponderEliminar