lunes, 16 de abril de 2012

Los Poscorrietistas persiguen fines electorales (Por Juan Khan Chan)


*Versonidos, una manera de programar las mentes para después obtener votos


(La siguiente es una carta del maestro Khan después de su extraña desaparición)

Es hora de revelar la verdad detrás de un movimiento que ha vivido a expensas de escándalos magnificados. El “poscorrientismo”, o como lo llaman sus autores: “Posc”, busca, y ha buscado desde el inicio de su conformación, fines puramente electorales y para conseguir el poder mediante la manipulación de la mente. 
Finalmente, el movimiento ha revelado su verdadero propósito: apoderarse de la mente de los ciudadanos al convertirlos en lectores, y más tarde, en electores.  Debo aclarar algunos puntos. El primero es sobre mi presunta desaparición. Nunca ocurrió, los poscorrientistas me mantuvieron en cautiverio para crear una cortina de humo, mientras desarrollaban su verdadero objetivo: promover mediante mensajes subliminales ocultos en poemas, el voto por un candidato en específico.

Fue por ello que cuando descubrí su objetivo, y me plantee el denunciarlos ante la  Fepade (Fiscalia Especializada para la Atención de Deditos Electorales), fui interceptado por un par de sujetos en el boulevard Eduardo Vasconcelos, mientras me apuntaban con armas, y me vendaban los ojos para subirme a un vehículo y llevarme lejos, como supe antes, con rumbo a un rancho en las cercanías deTlacolula de Matamoros, donde me durmieron, con un triple método: cloroformo, pastillas para dormir, y leerme continuamente sus poemarios.

En el trance profundo en el que me indujeron, solo podía recordar imágenes atroces y pornográficas, sobre lo que ellos llaman comúnmente “movimiento literario”, y lo juro, por las más sagradas escrituras, que fue lo más aburrido y aturdidor que he escuchado en mi vida.

Pero volvamos al inicio del problema: ¿a qué candidato apoyan los poscorrientistas?, la respuesta es a ninguno.  Si están llevando a cabo su maléfico plan, es para hacerse ellos del poder, probablemente, estén solo por esta ocasión, experimentando para inducir dentro de los poemas, imágenes que seduzcan al subconsciente de las personas, en favor de un candidato en específico, solo para probar el poderío de su nueva arma secreta y después echar a andar la segunda parte del plan (de esto me había enterado previamente, al escuchar una grabación de sus sesiones, que obtuve un informador que llamaré Jeovanny Quintas, para ocultar su verdadera identidad).

Vaya, al escribir esto, encuentro el relato patético, como si viniera de una película de ficción muy jodida, pero en realidad, al haber descubierto su siniestro plan, no encuentro otra manera de combatirlo que denunciarlo.

Es probable que los poscorrientistas escogieran apoyar a un candidato que no lee. Esto por dos factores fundamentales: el primero, porque saben que la gente es más fácil de manipular cuando se parte de cero, esto es, cuando está estupidizada por algún régimen sin cerebro. Es decir, que si la gente fuese un tanto más inteligente, sería más difícil manipularla. La segunda es puramente doctrinal. Los poscorrientistas apostaron por la teoría del caos, de llevar a algo a su máximo punto para de ahí observar su decadencia como paradoja histórica.

Luego de esto viene el plan maestro; mediante el movimiento poscorrientista, lanzar a algún candidato propio que sea apoyado por millones de personas, para de ahí terminar su siniestra obra: terminar de una vez con las corrientes literarias, históricas, artísticas, de pensamiento y de gobierno.

Es para mí una pena sincera tener que escribir esta nota en una especie de largo telegrama. Solo quiero compartir la experiencia con mis lectores y advertirle de los siniestros planes de estos sujetos que no tuvieron ni un pudor para levantarme, inducirme a un sueño horripilante, y mantenerme aislado con tal de no divulgar su maléfico artilugio.

Sin embargo, desafortunadamente al contar con poco tiempo para redactar, debo ser muy contundente en mi relato. El que espero ahondar más próximamente.  Me encuentro escondido en un lugar que no puedo hacer público, luego de haber escapado por dos factores fundamentales: el primero fue una noche de borrachera que mis captores tuvieron en bien a tener. En su embriaguez idiota, tuvieron el descuido de olvidar darme los fármacos.

La segunda fue el aburrimiento que provoca su poesía, la cual, los dejó dormidos al estarla leyendo. Recuerdo que al despertar en medio de una bodega de piñas de agaves, cercana a las vías del tren. Dos de ellos yacían dormidos con hojas de computadora impresas que contenían sus baratos lamentos poscorrientistas. Luego de desatarme huí del lugar en el silencio que pude, y clamé por ayuda.

Espero continuar este relato más tarde,hay muchas cosas que decir sobre el poscorrientismo como doctrina de pensamiento.  Solo les pido que se mantengan atentos si un vehículo pasa por su colonia gritando versos de poesía. Esa es la primera etapa del plan.


Juan Khan Chan

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