*Versonidos, una manera de programar las mentes para después
obtener votos
(La siguiente es una carta del maestro Khan después de su extraña desaparición)
Es hora de revelar la verdad detrás de un movimiento que ha
vivido a expensas de escándalos magnificados. El “poscorrientismo”, o como lo
llaman sus autores: “Posc”, busca, y ha buscado desde el inicio de su
conformación, fines puramente electorales y para conseguir el poder mediante la
manipulación de la mente.
Finalmente, el movimiento ha revelado su verdadero
propósito: apoderarse de la mente de los ciudadanos al convertirlos en
lectores, y más tarde, en electores.
Debo aclarar algunos puntos. El primero es sobre mi presunta
desaparición. Nunca ocurrió, los poscorrientistas me mantuvieron en cautiverio
para crear una cortina de humo, mientras desarrollaban su verdadero objetivo:
promover mediante mensajes subliminales ocultos en poemas, el voto por un
candidato en específico.
Fue por ello que cuando descubrí su objetivo, y me plantee
el denunciarlos ante la Fepade (Fiscalia
Especializada para la Atención de Deditos Electorales), fui interceptado por un
par de sujetos en el boulevard Eduardo Vasconcelos, mientras me apuntaban con
armas, y me vendaban los ojos para subirme a un vehículo y llevarme lejos, como
supe antes, con rumbo a un rancho en las cercanías deTlacolula de Matamoros,
donde me durmieron, con un triple método: cloroformo, pastillas para dormir, y
leerme continuamente sus poemarios.
En el trance profundo en el que me indujeron, solo podía
recordar imágenes atroces y pornográficas, sobre lo que ellos llaman comúnmente
“movimiento literario”, y lo juro, por las más sagradas escrituras, que fue lo
más aburrido y aturdidor que he escuchado en mi vida.
Pero volvamos al inicio del problema: ¿a qué candidato
apoyan los poscorrientistas?, la respuesta es a ninguno. Si están llevando a cabo su maléfico plan, es
para hacerse ellos del poder, probablemente, estén solo por esta ocasión,
experimentando para inducir dentro de los poemas, imágenes que seduzcan al
subconsciente de las personas, en favor de un candidato en específico, solo
para probar el poderío de su nueva arma secreta y después echar a andar la
segunda parte del plan (de esto me había enterado previamente, al escuchar una
grabación de sus sesiones, que obtuve un informador que llamaré Jeovanny
Quintas, para ocultar su verdadera identidad).
Vaya, al escribir
esto, encuentro el relato patético, como si viniera de una película de ficción
muy jodida, pero en realidad, al haber descubierto su siniestro plan, no encuentro
otra manera de combatirlo que denunciarlo.
Es probable que los poscorrientistas escogieran apoyar a un
candidato que no lee. Esto por dos factores fundamentales: el primero, porque
saben que la gente es más fácil de manipular cuando se parte de cero, esto es,
cuando está estupidizada por algún régimen sin cerebro. Es decir, que si la
gente fuese un tanto más inteligente, sería más difícil manipularla. La segunda
es puramente doctrinal. Los poscorrientistas apostaron por la teoría del caos,
de llevar a algo a su máximo punto para de ahí observar su decadencia como
paradoja histórica.
Luego de esto viene el plan maestro; mediante el movimiento
poscorrientista, lanzar a algún candidato propio que sea apoyado por millones
de personas, para de ahí terminar su siniestra obra: terminar de una vez con
las corrientes literarias, históricas, artísticas, de pensamiento y de gobierno.
Es para mí una pena sincera tener que escribir esta nota en
una especie de largo telegrama. Solo quiero compartir la experiencia con mis lectores
y advertirle de los siniestros planes de estos sujetos que no tuvieron ni un
pudor para levantarme, inducirme a un sueño horripilante, y mantenerme aislado
con tal de no divulgar su maléfico artilugio.
Sin embargo, desafortunadamente al contar con poco tiempo
para redactar, debo ser muy contundente en mi relato. El que espero ahondar más
próximamente. Me encuentro escondido en
un lugar que no puedo hacer público, luego de haber escapado por dos factores
fundamentales: el primero fue una noche de borrachera que mis captores tuvieron
en bien a tener. En su embriaguez idiota, tuvieron el descuido de olvidar darme
los fármacos.
La segunda fue el aburrimiento que provoca su poesía, la
cual, los dejó dormidos al estarla leyendo. Recuerdo que al despertar en medio
de una bodega de piñas de agaves, cercana a las vías del tren. Dos de ellos
yacían dormidos con hojas de computadora impresas que contenían sus baratos
lamentos poscorrientistas. Luego de desatarme huí del lugar en el silencio que
pude, y clamé por ayuda.
Espero continuar este relato más tarde,hay
muchas cosas que decir sobre el poscorrientismo como doctrina de
pensamiento. Solo les pido que se
mantengan atentos si un vehículo pasa por su colonia gritando versos de poesía.
Esa es la primera etapa del plan.
Juan Khan Chan
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